Vía Monolingua, me entero de este compilado de poetas jóvenes argentinos traducidos al francés. Así suenan las dominicanas de Cucurto en la lengua de Rimbaud:
A califourchon sur des aérolithes mes six noires descendent en piqué, comme des braises embrasées ou les stalactites d’une dent de Dieu. Ñandecó* ! ne faites pas l’andouille, ne mélangez jamais des jasmins noirs avec des œillets blancs.
* Interjection d’origine amérindienne.
[A babucha en aerolito vienen en picada mis seis negras, como brasas abrasadas o estalactitas de un diente de Dios. ¡Ñandecó!, no sea ganso, no mezcle nunca jazmines negros con claveles blancos.]
Y así suena Santiago Llach:
La dernière tempête de l’été
étale ses effets les plus visibles :
un ciel de nacre, le silence humide
d’un village de la côte seulement
interrompu par les plus précoces
membres de la race
nocturne des grillons.
[... La última tormenta del verano
estira sus efectos más visibles:
un cielo de nácar, el silencio húmedo
de un pueblo de la costa sólo
interrumpido por los más precoces
de los miembros de la raza
nocturna de los grillos. ...]
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