Me pasaron unos poemas del gran Leonardo Favio:
Señor, no sirvo en la batalla
un fusil en mi mano es hierro inútil
y si veo caer sangre, pierdo el habla.
No obstante, y a pesar de que avergüenza
pedir tamaña gloria,
Señor, te lo ruego,
yo quisiera imitarte en tu caída.
Dame el honor de verme muerto a bala
por un encargo de la oligarquía.
Esto sí es lírica peronista:
AMIGOS EN EL EXILIO
Han llegado mis amigos.
Tomaremos mate.
Qué lindo, Dios mío,
qué lindo.
Pasen y vean. La vida de Favio. Adriana Schettini Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1995
2 comentarios:
me encanta
pensé que te iban a gustar saludo!
Publicar un comentario