En el noventa, mi vieja le compró una PC XT con monitor Hércules monocromático a mi tío, que como siempre se adelantaba a las tendencias del mercado e innovaba con una fulgurante AT. Mi tío siempre fue un cazatendencias de la electrónica, y de cualquier gama de aparatos que prometieran hacer más sencillo algún aspecto de la vida: una vez apareció por la casa de mi abuelo con una bicicleta a motor.
Me acuerdo que me enteré de "Súper Menem" en una feria del libro a la que siempre nos llevaban mis viejos. Lo vendían en un stand los mismos autores, unos tipos medio deslucidos y muy alejados del glamour tech con el que asociaba, y sigo asociando, a los creadores de videojuegos. No pasó mucho antes de que consiguiera un copia del juego, en un diskette de cinco y cuarto.
Ah... el anti-menemismo. El anti-kirchnerismo. La anti-política. Los antídotos para el mal argentino. El gen argentino. Lanata en un videoclip de la Bersuit Vergarabat, la reseca de una década. Infancia en Buenos Aires hacia 1990.
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