El centro de Salta está repleto. Entro a la ciudad por Florida, la peatonal comercial, luego de pasar por un par de hoteles y encaminarme al primero que me habían ofrecido en la terminal. Hay colas de media cuadra en los cajeros del centro para cobrar el plus de fin de año anunciado por el gobierno para los planes sociales. Más tarde en el supermercado, las mismas personas, muchas mujeres con sus hijos, abuelas, llevan changuitos repletos de comida y algún merchandising navideño. También ahí, colas serpenteantes, una muchedumbre alrededor de la plaza salpicada de turistas que pasean por las calles más lindas de la ciudad. En el Museo del Cabildo restos polvorientos de la vida en la vieja Salta, puertas macizas y negras, cerámicas, enrejados. Pero también, una reseña histórica de los Valles Calchaquíes, de los diaguitas a Martín de Güemes, líder del ejército libertador, comandante de una tropa de gauchos.
En el Museo de Bellas Artes, un dibujo de Güemes hecho por Schiaffino.
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Al lado del Cabildo, una estatua rinde homenaje a un Virrey que ordenó fundar la ciudad.
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En el hostel, asado de fin de año, hay un irlandés que toca el djembé y un colombiano que hace globología. Un chico de israel recién salido de la colimba. Las chicas de Uruguay. Un cartero de Munich. Y más. Nos vamos a la Balcarce, la calle de los pubs y las peñas.
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Estuve leyendo La isla misteriosa de Julio Verne. Parece el Museo Arqueológico de Salta, una historia de la cultura contada en etapas, de los cazadores recolectores a los fundadores del Estado moderno, casi sin sobresaltos. En Verne, sin vitrinas ni retórica pedagógica, y puesta en escena por cinco náufragos que llegan con lo puesto a una isla, caídos de un globo. Entre todos reúnen la Wikipedia de su época, la suma del saber técnico, científico y práctico que les permite empezar refugiándose bajo las piedras, mientras arrecia la tormenta, para terminar domesticando el territorio, criando animales, haciendo obras hidráulicas, instalando un cable telegráfico. Es una novela infantil, como esos juegos en los que los chicos reúnen un montón de cosas y se las llevan a algún lugar apartado, para imaginarse que están en un mundo aislado, donde no falta nada. Hasta que empiezan a ocurrir cosas extrañas. También, es el antepasado de las Aventuras Gráficas de la PC, donde los personajes iban acumulando objetos en listas interminables, que en algún momento de la historia se combinaban entre sí para resolver los problemas a los que se enfrentaban. Los náufragos son como un compuesto químico vertido sobre la biomasa de la isla, y Verne se dedica a describir el proceso de la fermentación, la espuma de la Cultura debordando el vaso de la Naturaleza. Hasta que algo falla. (Gracias Mariano por prestarme la novela!!).
2-1
Anoche llegué a Tilcara, Jujuy. Hoy me levanté y caminé por el pueblo de casitas y calles de piedra. Las sierras, que tal vez sean "la quebrada", aunque no estoy seguro, se ven rojas y como tierra empapada secándose al sol. Fui al mercado y me compré:
-Medio kilo de carne picada
-2 cebollas
-Una bolsita de condimento
-1/2 kilo de ciruelas
-1 frasquito de ungüento mentolado Mentisan, fabricado en Bolivia
-1 frasquito de ungüento Dragon and Tiger, fabricado en China
-Una antología de cuentos usada: "Aquí yace el wub" de Philip K. Dick.
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La milanesa completa está 4,50$ y el tamal 5$.
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Salgo por la ruta y voy hasta las sierras rojas. Se veían sólidas, pero son un montón de barro y piedras, cubiertos de arbustos y cardones. A veces llovizna. En la pensión en la que duermo, hay grupos de chicos y chicas que a la mañana siguiente ya no están. Los escucho armar cronogramas de viaje, y especular con destinos y datos dudosos, rumores sobre el estado de las rutas, los trámites de la aduana, el precio de la comida en Bolivia. Con el tiempo hay tópicos que se repiten, la disponibilidad de alucinógenos naturales en la región y su ingesta en el marco de una experiencia cultural introspectiva, o de su ausencia. Nociones básicas de nudos y tejidos de macramé. Chicas que hacen macramé. Chicas dispuestas a enseñar macramé.
5-1
Nos vamos a la Quiaca con un vasco de Bilbao, un colombiano, un chico de San Justo y unas chicas de Buenos Aires. Venimos de Iruya. El aluvión turístico en el enero quebradeño, 15 micros por día en el pueblito perdido de los cerros. Viejo asentamiento colonial, habitado desde 1650. El efecto del turismo sobre la "esencia del lugar". Hileras de mochileros descargando bolsos y enfilando por la vera del río. De noche refresca. La sensación pseudo-borgeana de sacar una foto al corral de piedra, al paredón de barro. La misma foto almacenada en cientos de cámaras dispersas a través del globo, la intuición de que podrían encontrarse las fotos en Flickr y contactar a sus autores. Una red extendida de personas que sacaron la foto del viejo corral de Iruya. En un barcito, locro y "Rambito y Rambón" en el televisor. Porcel-Olmedo arrancan risas en los parroquianos. Una subida al cerro, una panorámica cada vez más nítida. Las nubes como un denso colchón de niebla sobre nuestras cabezas. En el río, un Ford Escort encallado. En los ojos de los mochileros, la pregunta por la influencia de la horda en el hábitat de los lugareños. La esencia. Los micros que siguen llegando. Y el halo legendario deshilachado y vagamente adherido todavía a los "backpackers", la movida mochilera alimentándose de la promesa de otro lugar, más natural, más aborígen, más barato, más desolado. De Iruya caminando a San Isidro. Por el río hasta Achiras, fuera del mapa. Dos o tres familias, unas casitas. Jafael sacó una foto en Purmamarca del cerro de los siete colores coronado por un arcoiris. Bolivia, Villazón, Uyuni, Potosí, la procesión. (En Cachi el Moro me contó de la fiesta de una virgen local que todos los años convoca a cientos de personas que llevan la imagen caminando tres días desde el pueblo hasta Salta, pero no van por la ruta, van campo traviesa subiendo y bajando los cerros. En el Museo de Alta Montaña de Salta la historia de las momias encontradas a 5000m de altura. Familias subordinadas al mando Inca, que visitaban Cuzco, por los caminos de piedra instalados por el imperio, con sus mejores hijos, y volvían a sacrificarlos en las alturas, pero en línea recta, cortando montañas y ríos, como los fanáticos del parkour, la variante urbana del alpinismo.
En la Quiaca, unas chicas que ya partieron van a comprarnos, o a intentarlo, unos pasajes en el tren a Uyuni, en Bolivia. Sino nos vamos a Tupiza.
5 comentarios:
Lindo el diario del viaje a bolivia, lástima que lo agarré empezado.
El libro que más (y con más fruición) leí en mi vida fue "La isla Misteriosa". Lo tenía en una edición de la biblioteca del estudiante, del Anteojito. Nunca volví a leerlo ya de grande,pero tengo todavía el librito azul en mi biblioteca.
Saludos
hola Mauro, qué bueno, La isla se la banca, el otro que me encanta es El Eterno Adán saludo!
hay un videojuego relativamente reciente directamente inspirado en la Isla misteriosa (se llama asi). Es, como toda aventura grafica clasica, una especie de ars combinatoria entre una serie de objetos a primera vista totalmente aleatorios.
todavia no pude establecer -porque no me puse a leer sobre eso- si hay conexiones especificas y ya probadas entre Verne y Vico, pero lo que contas del argumento parecer ir completamente en esa linea (seria barbaro que nadie lo haya descubierto, pero es poco probable)
saliendo del tema, hoy estuve con mi hermano en un comic store en NY y compramos algunos que posiblemente te interesen. Estuve leyendo unas selecciones de Alan Moore con los personajes de DC que estan bastante buenos, y otras cosas tambien.
Por ultimo: "aqui yace el wub" me parece o el mejor cuento de c.ficcion que lei, o uno de los mejores.
saludos
En este enero aciago... -nop, no meto el chiste-latigillo de Les Luthiers... o como dicen los cheetos "Los Leslu" ;-))) - sigo leyendo su bitácora de viaje, Mr. Shatner ;-P...
Deberías ponerlo otro blog, algo así como tener dos personalidades, una sub-tropical y otra desértica ;-D
hola Mariano, qué honor visitantes de NY, este blog sigue subiendo, un día mostrame algo más del juego si te lo instalás, y coincido con lo del Wub es un cuento terrible. Desde ya, me anoto para esos cómics cuando los prestes, y escribite algo sobre Vico, capaz para Planta, con alguna vuelta?
gracias Sergio, aunque un solo blog ya se me hace irremontable, ja, saludos!
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