lunes, octubre 22

Para una definición de la psicopedagogía

Ahora voy por mi cuarta monografìa del año, con Hugo de San Victor y su curso de ingreso a la Universidad de Paris, s. XII. Les habla a los jóvenes, indecisos y temerosos: "Aprendan todo, ya verán más adelante que no sobra nada. El conocimiento que resulta sencillo no da ningún placer", según mi versión del inglés, que a su vez venía del latín. La idea es bien mística: aprender a leer, practicar retórica, estudiar las Escituras son cosas imprescindibles, pero por sí mismas nunca alcanzan. En algún punto da igual leerse todas las bibliotecas de Europa, convertirse en un monje peregrino y salir a pasear por monasterios como Sean Connery en el Nombre de la rosa, perderse en el laberinto de la tradición clásica y sus empalmes con la nueva ola cristiana, hacer búsquedas en el cúmulo de información mal catalogada que alguien llamó la Internet de la época, así y todo "saber", lo que se dice "entender" el misterio, la verdad, la expresión sublime de Dios en la Tierra, lo que sea, captar el mensaje tal vez no sea tan sencillo. Dice St. Victor: " '-Estudiá, pero no te quedés colgado pensando.' El estudio puede servirte como práctica, pero no es tu objetivo. La formación es buena, pero es para principiantes. Vos, en cambio, estás dedicado a la perfección, y por lo tanto no basta que te pongas al mismo nivel que los que recién empiezan. Lo tuyo es ocuparte de algo más grande. Pensá, entonces, en dónde estás parado, y en seguida vas a saber lo que tenés que hacer." Amén.

1 comentario:

F. dijo...

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