miércoles, septiembre 19

Nunca tuve una mascota (casi)

...si dejo de lado el pez que nos trajimos con mi hermana una vez del campo de mi abuelo. Trajimos varios en un frasco enorme lleno de agua, eran color atún y los habíamos pescado en un arroyo al que nos llevaba de vez en cuando mi papá en auto y que seguro se llamaba "Arroyo seco", o algo así de absurdo: humor pampeano. Y después estaban los perros, también en el campo, Chirolita, Gaucho, el Chilo, pero no eran "nuestros", eran más que nada de Minocho que era el encargado y vivía todo el año ahí.

En fin, a lo que iba es que me gustaron estos poemas sobre gatos, que encontré en el sitio de la poeta mala.

EL SABIO
DENISE LEVERTOV
(Traduce: E.L. Revol)

El gato está comiendo las rosas;
es así como es.
No lo detengas, no detengas
el mundo que da vueltas,
es así como son las cosas.
El tres de mayo
hubo niebla; el cuatro de mayo
quien sabe. Barre
la porción de rosas, arroja los restos
en medio de la lluvia.
El no come jamás
todas las partes, dice
que los corazones son amargos.
El es así, conoce
el mundo y el estado del tiempo


UN GATO EN UN PISO VACÍO (en una casa vacía)

de Wistawa Szymborska

Morirse, eso no se le hace a un gato.
Porque qué puede hacer un gato
en un piso vacío.
Trepar por las paredes.
Restregarse entre los muebles.
Parece que nada ha cambiado
y, sin embargo, ha cambiado.
Que nada se ha movido
pero está descolocado.
Y por la noche la lámpara ya no se enciende.

Se oyen pasos en la escalera,
pero no son ésos.
La mano que pone el pescado en el plato,
tampoco es aquella que lo ponía.

Hay algo aquí que no empieza
a la hora de siempre.
Hay algo que no ocurre
como debería.
Aquí había alguien que estaba y estaba,
que de repente se fue
e insistentemente no está.

Se ha buscado en todos los armarios.
Se ha recorrido la estantería.
Se ha husmeado debajo de la alfombra y se ha mirado.
Incluso se ha roto la prohibición
y se han desparramado los papeles.
Qué más se puede hacer.
Dormir y esperar.

Ya verá cuando regrese,
ya verá cuando aparezca.
Se va a enterar
de que eso no se le puede hacer a un gato.
Se irá hacia él
como si no lo quisiera,
despacito,
con las patas muy ofendidas.
Y nada de saltos ni maullidos al principio.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es muy hermoso este poema del gato que se quedó sin dueño...