lunes, febrero 26

Musa de la Tragedia

enero 3 de 1946. Todavía, o entretanto, el lío que vivimos. ¿Cómo es posible alejarse de todo esto? ¿Cómo se puede tener alguna serenidad entre tanta bestia nazi?
Tengo dos noticias: me afilié al Partido y envié un cuento a "La Prensa". La vida se hace difícil.


En una revista "Crisis", en la casa de Caballito, encontré una nota firmada por Jorge Asís; en realidad, un compilado hecho por él del diario íntimo de Enrique Wernicke, escritor de dos novelas y varios libros de cuentos, poesía y teatro, fallecido en 1968. Leí algunos de sus libros porque fue amigo de mi viejo, que murió hace unos años, y los tenía en la biblioteca dedicados, entre sus libros de arqueología que era a lo que se dedicaba. No me cerraban esos libros; "El Agua " contaba la historia de un viejo en una casa del Tigre, una inundación, la esposa y la hija lo dejaban, y salvar la casa implicaba pasar en limpio su vida. Al final moría en una zanja, alucinando. Había otro cuento sobre un cine de Belgrano en el que Carlitos Chaplin bajaba de la pantalla y salía a caminar por la ciudad: "Función y muerte en el cine ABC" (no me acuerdo a qué muerte se refería, sí que el cuento estaba lejos de ser un guiño POP, era la Buenos Aires de 1940). Una vez Link publicó unos poemas suyos en Radar Libros, que me gustaron. Están en algunas Bibliotecas Municipales.

diciembre 26 de 1950. (...) Sarita invitó a los rusos a un asado. Me empedé, dije barbaridades. Marina Bengochea alcahueteó hacia arriba. Digo alcahueteó porque fue su forma e intención. Estalló la bronca. Autoexamen de arriba abajo.
Total: esta noche, en grave reunión en lo de Jorge, me anunciaron MEDIDAS DISCIPLINARIAS.


Los diarios de Wernicke ocupan 1500 carillas, redactadas entre 1935 y 1968. Llevan el título de "Cartas a Melpómene", aunque nunca fueron editadas, y son para Asís su obra mayor, de la cuál seleccionó 20 carillas para la revista "Crisis", ya muerto Wernicke.

enero 12 de 1952. (...)no es verdad que yo "quiera" al Partido. Sobre todo como reclaman que se lo quiera. Yo lo quiero, como quiero a "mis" mujeres. Poniendo cuernos a diestra y siniestra, usándolas como patas para mi silla sentimental.

Había sido titiritero con Javier Villafañe. Fue publicista, se retiró a una isla del Tigre a vivir de un taller donde fundía soldaditos de plomo, quebró y volvió a la publicidad "... con un sueldo miserable y un rencor profundo." El diario va barranca abajo. Se acusa de no haber escrito con la fuerza y virilidad que correspondía. Lo asedia la angustia.

marzo 5 de 1953. Stalin se muere, o ya ha muerto. Sin necesidad de hacerme literatura ni de tragarme la estupidez de los diarios, sé todo lo que significa históricamente el suceso. Bien, yo he pensado esta noche. Y seguiré pensando. Se muere Stalin. Se muere historia y de la mejor.
¡Nuestro querido Pepe!


Las formas de la derrota. ¿Qué iba a decir? Que me gusta leer la historia en formato diario íntimo. Eso.

junio 17 de 1955. Ayer, los marinos bombardean Buenos Aires. Cientos de muertos y miles de heridos. ¡Inaudito! Y yo, en mi casa, tomando mate.
De acuerdo con los síntomas y los discursos, los militares han copado el gobierno y nos espera una dictadura férrea y reaccionaria. ¡Desastroso!


Acá no hay finales felices. "This is not Disneyland, soldier".

noviembre 31 de 1962. Decrépito. Absoluto. Finado. Con un asombro extraordinario de que así termine la vida. Mirando los árboles (hoy llegó un tordo). Absurdo. Dolorido, espantado. Lleno de sueños, de fantasmas y gargajos. Preguntándome, cotidianamente, qué sera de mi vida. No de la mía. La de Rosi y María. No creo en un carajo. Desespero del hombre. Y yo hice hijos. Borracho. Es interesante el proceso del hombre.
Adónde puede llegar.
Ya es medicina. Y yo no creo.

No hay comentarios.: