Mariano V. postea en su blog y habla de los dinosaurios, los chicos y los mundos de fantasía en los que proyectan sus energías. Tener ocho años y saber el nombre de cincuenta especies de bichos extinguidos, reconocerlas en los dibujos, hacer teorías sobre su desaparición: el meteorito, el virus del espacio, Pie grande.
Mariano redescubre a los geeks, esa categoría surgida al calor de las sectas y los sistemas clasificatorios del sistema educativo estadounidense. A nosotros el sistema nos llega por la tele, las series de FOX y esas escuelas con casilleros, chicos populares y hermosas porristas. Desde hace algunos años tuvieron que agregar otro personaje: el joven desesperado, deprimido y enganchado con las armas de guerra y la fascinación por la muerte. La versión más extrema del nerd, su contracara, el freak. Los chicos de Columbine que salieron a pasear con granadas, caños recortados y fantasías asesinas, eran el ala dura del under gótico. ¿Quieren contracultura? OK, ahí tienen. "Mueran, imbéciles". (Y ahora que lo pienso, cómo olvidar nuestro sistema de clasificación. Queda por escribir una historia del rock nacional que recupere la dialéctica del rolinga y el concheto, esa némesis imaginaria en la que se cocinaron sus sueños de revolución clasista. La rubia tarada de Prodan fue su talismán, pero habría que remontarse hasta las categorías surgidas de nuestro hecho maldito; Billy Bond reversionando la marcha de San Lorenzo para los chicos de la JP, circa 1973. Destruyeron el estadio de Obras cuando tocó La Pesada- los "cadeneros" de Guardia de Hierro hacían acopio de fusiles vía Paraguay, la Buenos Aires post-Ezeiza de Cámpora a Palito Ortega).
Pero Mariano se acordaba de los geeks. El geek fue en su origen la variante tech del nerd. Sería largo pero interesante hacer la historia de su mutación. Lo cierto es que el geek perdió su valor negativo, o lo neutralizó en gran medida por un proceso que se me hace paralelo al que atravesó el melancólico, según Agamben, en la historia de Europa (de patología médica a héroe del amor cortés, la historia como deriva infinita de categorías, una oda a las malas lecturas que convirtieron a un manojo de nervios sumido en la tristeza en un reservorio de esperanzas para el humanismo y su fe en la razón y el pensamiento profundo [perdón, Giorgio]). Un geek es, dice Mariano, que cita a Wikipedia:
"...un individuo fascinado, quizás de manera obsesiva, por áreas oscuras o muy específicas del conocimiento y la imaginación, por lo general de naturaleza electrónica o virtual."
En el artículo dicen que en su orgien la palabra geek fue una americanización del inglés isabelino. Entre las definiciones que le caben al término se incluye una por la cual se designaba a los fénomenos de las ferias ambulantes, los deformes y descerebrados capaces de comerse un puñado de avispas para que la magia del show cautive al árido público del mid-west americano. Eran los comienzos de lo que luego sería la industria del espectáculo, aunque ésta todavía se arrastraba por los caminos polvorientos del siglo XIX. Hoy en Lavalle y Florida podemos ver al gitano que traga sables para un público de laburantes, cadetes y empleados de call center que no pueden creer lo que ven.
En todo caso, geek conserva, por este lado de su árbol genealógico, parte del valor anti-social y de extrañamiento afectivo que suele asociarse con lo freak. También conserva, según la definición de Wikipedia, parte del legado intelectual y de alienación académica que el mundillo universitario sabe caracterizar con la imagen del nerd.
Lo geek sería una vuelta de tuerca surgida entre los dos polos anteriores. Serían rasgos suyos la pasión y el entusiasmo por ámbitos de conocimiento específicos, siendo los hackers su expresión más evidente. Serían, también, rasgos suyos la tendencia a verse recortado respecto de los cánonces del gusto y la moda imperantes en los ámbitos de pertenencia locales. Los geeks, o mejor dicho, la sensibilidad geek se constituiría en un proceso de recorte de materiales y afectos respecto de, y hacia el mundo. Aunque a Mariano le parezca excesiva la amplitud, la vaguedad de la categoría, quizás sea útil para pensar la actualidad. Lo geek como encrucijada de la cultura, las paradojas de la pertenencia a través de productos que, hoy por hoy, ya ni se molestan en disimular el cinismo (ver MTV y las publicidad de teléfonos celulares). Como decían los de Soy Cuyano: "La mayoría de las personas piensa que forma parte de alguna minoría". Los sueños de un under imposible. De fuga. Sería largo.
En todo caso, leyendo la definición de geek me di cuenta de que la mayoría de las persoans que conozco (familiares, amigos, etc.) caben dentro de ella. Y las personas que me despiertan interés, admiración o afecto son, entonces, aquellas que logran (de manera consciente, o no) llevar la categoría a niveles de vértigo extremo. Iba a enumarar algunas pero esto ya pasa de castaño oscuro. Mejor cito a Mariano y su declaración de fe geek, tan precisa:
"Cuando era chico, luego de haber visto jurassic park 6 o 7 veces, jugaba con mi hermano y algunos amigos a una versión modificada de la mancha que se llamaba, justamente, el "velocirraptor" (aunque todos sabíamos que en realidad el dinosaurio que teníamos en mente era el Deinonychus, el verdadero modelo de los raptors de la famosa película), y que implicaba adoptar falsamente la postura de este hermoso depredador."
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