Hace unas semanas fuimos con [p.] al Centro Kónex a ver una obra de teatro. Una obra que prometía experimentos con nuevas tecnologías y drama cyberpunk con científico esquizo. Había humo, pantallas y DJ; y la típica historia de un matrimonio en crisis y de un pasado guerrillero que no deja de oprimir la mente del científico (?). Además, había un plan para traspasar la conciencia de los hombres a una computadora donde vivir para siempre en un mundo digital. Y parecía que los autores se habían inspirado en una historieta vieja, que la habían leído mal y que en el medio habían perdido por completo el sentido del humor (mínimo).
Hace un par de días hubo un accidente en la ruta Buenos Aires - Rosario, en el que murieron el director de la obra ("El aprendiz") y tres colaboradores. Ácidos, los de Página/12 aprovecharon para hacer una reflexión sobre la política de subsidios al arte de vanguardia otorgados por los centros culturales de la escena porteña:
"La insoportable levedad del ser aplastada por un camión cisterna."
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