En El interpretador publicaron esta ponencia que escribí sobre Clarice Lispector:
Si concebimos, como Peter Bürger, el modelo moderno de la subjetividad como un complejo de ideas orientadas a la formulación de un conocimiento, podemos pensar los textos de Lispector como un intento por evadirse de dicho proceso. En sus textos las impresiones se acumulan, y nunca conducen a una conclusión a la manera de un balance. De hecho, el propio narrador, como sucede en la novela, suele rechazar explícitamente que algo así como un cierre adecuado pueda existir para la narración. "Discúlpenme esta muerte", dice, "… ahora sólo me resta encender un cigarrillo e irme a casa." (13) Ningún compromiso lo unía al personaje, y una vez desaparecido éste la narración termina. Antes que concluir, parece extinguirse como si llegado un punto no quedara más que renunciar, asumir que el intento por comprender estaba condenado a fracasar. "El silencio es tal que ni siquiera el pensamiento piensa." (14)
y sigue acá
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