jueves, marzo 10

Hoy pasé por el Argerich. Fui a visitar al pintor que se accidentó mientras pintaba en mi casa (me mudé hace unos días a San Telmo). Volví, y después del mediodía, mientras hojeaba unos libros, de una de las tantas pilas que me rodeaban en el piso, se oyeron corridas en el pasillo descubierto, gritos furiosos y golpes contra las paredes. Parecía como si estuvieran matándose a golpes, y antes de abrir pensé unos segundos si no sería mejor esconderme. Al final abrí. Era en el piso de abajo. Había gente en la escalera, y más allá un pibe tendido con la pierna abierta de un mordisco. Era el paseador que había venido a buscar al Pitsburgh, que le había saltado encima. Estaba medio shockeado, y el encargado lo sostenía mientras llamaba al 911. El dueño deambulaba diciendo "no entiendo, este perro, no entiedo". Y desde el fondo de la casa se oían los ladridos. Le pregunté si había cerrado bien. Al rato llegó la policía y la ambulancia. Se lo llevaron caminando. Se quejaba porque no iba a poder trabajar. Y una señora le decía "no te hagás drama, yo te presto a mi gata para que la pasees".

2 comentarios:

Panicoelpanico dijo...

charly andá a una bruja!
buena mudanza!!!!

charly dijo...

ahh buena idea... me recomendas alguna?