lunes, abril 16

Hoy estuve tratando de escribir una entrada sobre arte digital para un glosario. Me agoté de dar vueltas sin llegar a ninguna parte. Y en un momento me acordé del tema de los Redonditos que habla del Gordo Pierre, "ese gordo tramposo", al que el Indio dice que quiere "impresionar, pues me ha robado el corazón, mi obra maestra, mi perfección grosera". Y pensé que me gustaría impresionar a alguien, pero no sé quién es mi Gordo Pierre. Hace unos días también pensé en las autopistas de San Luis, repletas de luces amarillas como si fueran la avenida de una ciudad invisible. Me acordé de los cerros al fondo. Parecían barrios a oscuras después de un apagón. Cada tanto, hoteles como naves espaciales a punto de salir volando. Los peajes. La radio del micro sintonizada en un programa de entrevistas. Las voces apenas audibles pero animadas. Por la ventanilla, de pronto, una luz intermitente.  Es la antena de un radiotransmisor en medio del campo. Más adelante el micro dobla y la luz deja de verse. En el programa de radio empieza a sonar una canción. Es Joni Mitchell hablando de unos amigos que conoció en un bar hace miles de años. Le gustaría saber en qué andan y si la están escuchando les pide que brinden por ella. Esa vez pensé en Joni. Y pensé en cuántos estarían pensando en ella en ese momento. En el micro todos dormían. Hacía frío, pero las autopistas seguían encendidas. Así era la navidad en las películas americanas que daban cuando éramos chicos.

No hay comentarios.: