jueves, septiembre 1

Hoy me compré unas empanadas y me fui a almorzar a un banco en Plaza de Mayo. Empecé a leer la primera novela de Michel Houellebecq, y por ahora no entiendo por qué lo recomiendan. Me produce lo mismo que el cine europeo de la decadencia. Esas historias de Michel Haneke sobre una profesora de piano con trastornos piscosexuales, Gaspar Noé y sus franceses que violan mujeres por hastío. Hay personas en el mundo que tienen ganas de mostrar que se han dado cuenta de algo muy novedoso: que la vida es absurda, el cosmos una sopa de bacterias, el amor una leyenda falsa. Pero, ¿a quién le importa? Hay europeos que están tristes, está bien. ¿Pero hace falta que nos hagan una lista de sus penas? ¿Para qué? La miseria emocional de empleados hartos de su vida, ¿le agrega algo al mundo? Houellebecq compara el deseo sexual y las moléculas petrificadas en los suelos de Marte. Supongo que es el humor negro al que se refiere la contratapa de Anagrama. ¿Y?

3 comentarios:

mariana dijo...

"¿a quién le importa?" es una pregunta que resuelve bastante.

también aparece en "rayar" de alemian, y ahí también es muy efectiva.

charly dijo...

mirá, de hecho este libro me lo prestó Ezequiel Alemián!! ya pensaba decrile lo que pienso de él...

charly dijo...

le voy a pedir "rayar", también