lunes, noviembre 3

a little agit for the never-believer

Hace muchos años fui solo al cine, un día de semana, trasnoche, no recuerdo las circunstancias pero en general, creo, eran de pálidas a malas. Tal vez era cuando todavía no habían llegado los turistas a la Avenida Corrientes, pero sí la recesión de 2000 en adelante, en todo caso asocio mi estado de ánimo con avenidas de persianas bajas, poco transitadas. Esa vez, salí de ver "El hombre en la Luna", de Milos Forman, una comedia triste sobre un cómico neoyorquino fallecido hacía años, que había saltado a la fama cuando interpretaba a un inmigrante de Europa del Este en una tira de televisión, ambientada en una agencia de taxis. Latka, se llamaba, y hablaba en una jerga deforme con una especie de ternura extraterrestre, en torno a la cual se congregaba la calidez campechana de los demás tacheros, mucho más cercanos a las fábulas pueblerinas de Mark Twain que a las especulaciones de fascismo innato que suelen atribuirles a los taxistas algunos sociólogos. Como sea, la historia de Andy Kauffman, el cómico, me había cambiado el ánimo, y sobre todo la idea que tenía sobre Jim Carrey y REM. Ahora Carrey me parecía un auténtico payaso, como Krusty, con un dejo de desprecio involuntario por el show que no dejaba de producir. Y a REM creo que nunca lo había escuchado hasta esa vez.
Así que mi aspiración de máxima el sábado en el Personal Fest era que tocaran "Man in the moon", y que quedara flotando algo de esa atmósfera de cuento de hadas y náufragos de la película de Forman. Ahí fuimos con Marianela y Alejo. La vi a Ceci fugazmente, antes de perderse en la multitud. Escuchamos a Rosal y a Onda Vaga. Los mejores teloneros de la noche estuvieron lejos de los escenarios centrales. Ahí había bandas ignotas y soporíferas, el cantante de Kaiser Chief parecía la versión británica del pelado Cordera, con pelo. Y después salieron Stipe y cía, y la foto de Obama apareció en las pantallas al segundo tema para que Stipe recordara cuánto odian al gobierno de Bush, y hablara de la esperanza que está en juego en las elecciones de mañana, la posibilidad de volver a la vieja, buena América, que se explica sola sin necesidad de darle contenido a la promesa. A esa altura yo ya era activista de su candidatura, y todas las canciones que siguieron me parecieron una glosa musical de los discursos que dio en la campaña. Después de "Losing my religion" tocaron la del hombre en la Luna. Fue una buena noche.

3 comentarios:

C.E dijo...

Uy sí, nos perdimos y yo, infiel al espíritu del festival de celulares, no llevé el mío. Fue un gran cierre el de REM con "Man on the moon" y una pésima vigilia la espera de REM con los momias de Kaiser Chiefs detrás. Habremos estado a pasitos, seguro...

charly dijo...

sin facebook en el iphone no se puede

C.E dijo...

Y...no, gordo, ¿viste?