El nuevo IPC de la Wired

El futuro de la economía, dicen, es la evolución más o menos natural del esquema que hizo millonario a Gillette. Fue el inventor de las hojas de afeitar descartables y cuando empezaba el siglo XX regaló afeitadoras en lo que era una movida sin precedentes. Venían con las cajas de cereales y los paquetes de chicles, y creaban un nuevo mercado generando una demanda de hojas descartables que les dieran sentido. Sin hojas, las afeitadoras no servían de mucho.
En principio era una versión más sofisticada de la ratio popular de Los Twist, "el primero te lo regalan / el segundo te lo venden". Pero Wired analiza algunos emprendimientos web 2.0 y se dispone a abrir las puertas del Edén. Como Google, las empresas que lideren el mercado van a depender de su oferta de servicios gratuitos. La ganancia es un efecto lateral, un mix de estrategias para la extracción de valor a partir de esa masa de usuarios ya "enganchados" con el producto. Lo decía Burroughs, "el dealer no vende la droga al cliente, vende el cliente a la droga". Por otra parte, está citado en la nota.

"Por más que nos quejemos de cuánto aumentan las cosas, estamos rodeados de fuerzas que las abaratan cada vez más. Hace cuarenta años el principal problema alimentario de Estados Unidos era el hambre; hoy, gracias a la tecnología de los cultivos, es la obesidad. Hace cuarenta años, las colectas de caridad se concentraban sobre todo en ropa para los pobres. Hoy, podés obtener una remera por menos de lo que cuesta un café, gracias a China y la difusión global de la industria. Lo mismo para los juguetes, los accesorios y los commodities. Hasta la cocaína nunca estuvo tan barata (misteriosos son los caminos de la globalización)."

Después de leer estos cantos a la abundancia y la prosperidad, me siento un traidor. A veces, a la causa de los más fanáticos cultores del desastre ecológico, entre rezagos del new age y el hipismo orgánico. A veces, a la causa de los entusiastas del futuro iniminente. Es curioso el grado de esquizofrenia al que pueden llegar los pronósticos si se los lee como un mismo relato. Son como delirios anclados en compartimientos separados. Muy bi-polar.