domingo, agosto 5

Por el bulevar de los sueños rotos

¿Qué pasa con los posts que se proyectan escribir y nunca se concretan? Ah, lo mismo. "Los posts que no obran engendran peste". Tengo una lista de ideas para posts guardada en el archivo de estrellitas de Gmail, que es muy cómodo para ordenar información y también para acumular capa tras capa de basura irremontable. Lo siniestro es que alguna vez me parecieron buenas ideas, frases, links, imágenes. Y ahora hay varias que ni sé de dónde las saqué, algunas me da miedo revisarlas. Tendría que descifrar qué le había visto a un link de un foro de debate sobre una banda de hip-hop portorriqueño. O leer un artículo sobre la final de Alemania 2006, que pintaba bien. O buscar en el diccionario la palabra "loogie", o volver a leer las entradas de un blog abandonado y que parece escrito por una estudiante boliviana. Es como mirar videos al azar en Youtube, si tenés tiempo y ganas pasás a otro y ni te gastás en saber cómo termina el que te aburrió, o si mejora. Así van pasando los días, y la casilla de Gmail se llena y sigo mandándome mails a mí mismo con estrellas para acordarme de leerlos y en realidad no lo voy a hacer a menos que me acuerde de que tengo algún otro dato sobre un tema que justo ahora me interesa, pero si no, ni a palos vuelvo a releer esa lista de posts empezados. ¿Es fobia? Sí, debe ser neurosis grado 4, pero me suena que vamos hacia eso, a un archivo de chats y correos y videos intercambiados a lo largo de una vida condenada a repetirlos en un infierno de memoria y compulsión masoquista al recuerdo, al recuerdo desgarrador. Cuánta letra para una cumbia cyberpunk paraguaya y jedienta, para un capítulo de "Escenas de amor por Internet" (ah, Jazmín Stuart perdida en los salones de chat de Telefé, qué buen capítulo).

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