lunes, junio 25

Adorno No Problem

La película de Adorno, su conferencia inaugural. El gran momento de la noche es cuando sale a explicar lo que nos queda: “los símbolos de la filosofía se han derrumbado”. ¿A dónde vamos, Ted?

**

Me acuerdo de Burroughs cuando decía que sus amigos beatniks de California estaban enamorados de la filosofía oriental. Parecía que buscaban un banquito donde sentarse, pero lo único que encontraban era un montón de aire.
Burroughs era genial para describir esa comedia de enredos. Sus novelas están habitadas por sujetos y sistemas que no paran de producir sentido: arman bandos y crean enfrentamientos. Hay religiones y partidos políticos, pero en el fondo de lo que se trata es de la lucha por copar el mercado de cuerpos y sustancias. La cultura es un shopping biológico, y por eso todos los personajes de Burroughs se rigen por códigos mafiosos, son tipos que conocen la ley de la calle. “Sus palabras se abatirán sobre ellos, como palomas que regresan al palomar”. Eso es el lenguaje, en sus novelas, una capa de ruido y distorsión que recubre el caos del mundo con la ilusión del sentido. Es el desfasaje entre lo que los sujetos hacen y lo que creen que significan sus actos. Burroughs tiene mirada de biólogo, describe a los hombres como si fueran ratones en un laberinto; las paredes con las que se chocan son las palabras que ellos mismos pronunciaron. Son “esa vieja cultura frita” (Solari dixit). Ahí vamos de nuevo, nena. No me esperen a cenar. Como dijo alguien, "Almuerzo desnudo" parece un compilado de monólogos de stand-up, un Seinfield del infierno. Es como el mismo chiste contado mil veces con otros personajes y otras situaciones. Te transmite la idea de que vivir en la Tierra es repetir un gesto de origen desconocido y que, tarde o temprano, conduce al desastre. El blooper sublime. Películas de aviones que caen al piso.

**

Adorno, Benjamin, el materialismo como punto de vista que hace evidente el fracaso. Contrastadas con sus condiciones de producción, todas las imágenes idílicas del mundo se muestran absurdas. Leer a contrapelo para hacer evidente la farsa de la cultura, ese sería el programa.

**

“En nuestros libros de cuentos está la fábula del anciano que en su lecho de muerte hace saber a sus hijos que en su viña hay un tesoro escondido. Sólo tienen que cavar. Cavaron, pero ni rastro del tesoro. Sin embargo, cuando llega el otoño, la viña aporta como ninguna otra en toda la región. Entonces se dan cuenta de que el padre les legó una experiencia: la bendición no está en el oro, sino en la laboriosidad.” (W. Benjamin, “Experiencia y pobreza”)

**

No es una moraleja. No es, tampoco, una verdad profunda sobre el lenguaje, el hombre o la vida. No es una información transmitible mediante un código universal. Experiencia es la encrucijada histórica de un sujeto en una porción determinada del mundo. Es el recorrido que éste emprende a través de situaciones concretas y cuyo resultado es la reformulación de los conceptos con los que había partido. El lenguaje, entonces, no es una reserva de sentido, es lo contrario, la permanente puesta en duda de sus pretensiones de verdad, de su capacidad para explicar las cosas. Es precario e inestable, y por eso es la interfaz del hombre con la verdadera forma del mundo como proceso inacabado y en desarrollo. Experiencia es empezar a pensar un problema y constatar, a mitad de camino, que el problema cambió y las categorías iniciales ya no sirven. Es salir a buscar un tesoro y encontrar un campo sembrado. Es, como dice Adorno, reordenar las partes del enigma “... hasta que encajen en una figura legible como respuesta mientras la pregunta se esfuma.” Es mirar "Los Simpson" para entender a Adorno.

**

Experiencia hay cuando la praxis de los sujetos les permite volver a pensar su teoría, y cuando su teoría los lleva a volver a la praxis. Es ese ida y vuelta.

No hay comentarios.: