Las mascotas robóticas pueden ser mal remedio para la melancolía
" [Sherry Turkle] Cita el caso de una mujer de 72 años, que debido a su tristeza, veía que su juguete robótico también estaba triste. Turkle se pregunta: "¿Qué podemos hacer ante una relación así, la de una mujer deprimida y su robot?"."
Turkle tendría que haber visto "I.A." de Spielberg, quizás no lo hizo por que es un poco larga.
La verdad, el texto está excelente. ¿Comienza a aparecer una nueva preocupación para el humanismo, ahora que ya no se trata de la oposición animal-hombre (para Terkel, los perritos ya nos conocen) sino de una nueva?. En todo caso, pronto habrá que ir planeando que hacer ante la posibilidad de que los robots manifiesten deseos de votar.
mariano, si tomamos como parámetro las relaciones (¿sádicas? ¿psicópatas?) que se establecen por lo general entre hombres y animales, en concreto al tipo de convivencia alienada en base a psicofármacos y comida adulterada destinada a desactivar el complejo agresivo-instintivo de las mascotas y evitar que éstas asesinen a sus dueños mientras duermen en sus confortables departamentos... digamos que podemos esperar grandes cosas para los próximos años: ¿cómo será un robot con claustrofobia? y mejor ¿un robot con nostalgia de la "selva"? ¿Adónde van a ir los robots cuando quieran escaparse? Esto promote. Grandes películas (ya estuvo Blade Runner) y grandes crisis de nuestro vapuleado concepto de hombre humanista. Los cuentos de Asimov tenían lo suyo al respcto. Pau, no estoy seguro de que los juguetes a los que te referís entren en la categoría de robot. Aunque tampoco sé muy bien qué sería un robot.
Ferko, lamento lo de tu gato, se ve que lo querías y me gustó lo que escribiste. Yo hablaba en sentido general, y eso se aplica a las personas también, pero no niega el amor y cualquier otra forma, tan retorcida como esa, de relacionarse.
5 comentarios:
Turkle tendría que haber visto "I.A." de Spielberg, quizás no lo hizo por que es un poco larga.
La verdad, el texto está excelente. ¿Comienza a aparecer una nueva preocupación para el humanismo, ahora que ya no se trata de la oposición animal-hombre (para Terkel, los perritos ya nos conocen) sino de una nueva?. En todo caso, pronto habrá que ir planeando que hacer ante la posibilidad de que los robots manifiesten deseos de votar.
estoy perdida, yo creía que un juguete-robot podía ser un buen remedio para ciertos estados de melancolía y depresión...
mariano, si tomamos como parámetro las relaciones (¿sádicas? ¿psicópatas?) que se establecen por lo general entre hombres y animales, en concreto al tipo de convivencia alienada en base a psicofármacos y comida adulterada destinada a desactivar el complejo agresivo-instintivo de las mascotas y evitar que éstas asesinen a sus dueños mientras duermen en sus confortables departamentos... digamos que podemos esperar grandes cosas para los próximos años: ¿cómo será un robot con claustrofobia? y mejor ¿un robot con nostalgia de la "selva"? ¿Adónde van a ir los robots cuando quieran escaparse? Esto promote. Grandes películas (ya estuvo Blade Runner) y grandes crisis de nuestro vapuleado concepto de hombre humanista. Los cuentos de Asimov tenían lo suyo al respcto.
Pau, no estoy seguro de que los juguetes a los que te referís entren en la categoría de robot. Aunque tampoco sé muy bien qué sería un robot.
cuando murió mi gatito, el viernes, me sentí culpable por esta cuestión de "mi gatito".
igual me quería.
me quería, sí.
Ferko, lamento lo de tu gato, se ve que lo querías y me gustó lo que escribiste. Yo hablaba en sentido general, y eso se aplica a las personas también, pero no niega el amor y cualquier otra forma, tan retorcida como esa, de relacionarse.
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