Ayer a la noche hubo locro y empanadas en el bajo Palermo, frente a la antigua Penitenciaría Nacional hoy Plaza Las Heras ("Pero si las piedras hablaran..."). Ahí estuvimos con El Rufián y Mariano llevando la blogósfera al terreno de la praxis. Está escrito que al final todo termina en un bar, y ahí vemos. A mí la cena me sacó del cuadro de desesperanza en el que había entrado después de ver la película del BAFICI que habían dado en el MALBA a las cinco de la tarde ("Muerto cayó Federico, etc."). Los chicos del BAFICI invitaron a un francés que, si no me equivoco, se cree una especie de sobrino piola de Alfred Jarry. Sin el siglo XX encima, el tipo sabía hacer chistes sobre bicicletas... y nada más. A los veinte minutos de película, cuando ya estaba claro que el tema consistía en gente andando en bicicleta por la montaña, sin gracia, sin chicas Godard y con menos onda que el programa de Ríal, bueno, me fui. Al lado mío estaba Boy Olmi, que se fue un poco antes que yo, así que supongo que lo mío fue un gesto de vulgar snobismo. Pero igual la película era un embole.
Ahora estoy en la computadora, mientras escucho el ruido del mar como si estuviera sentado en la rambla de Piriápolis. Mariano tiró el dato de una ballena digital que subieron a una página de un grupo ecologista. Es como navegar con el Google Earth por el cuerpo de un cetáceo. Tiene lo suyo, pero lo que es increíble es el sonido de las olas que se escucha de fondo. Ponerse caracoles al oído es un clásico, quizás insuperable, y no importa que parezca sacado del peor Neruda. Pero esto es como el mejor sonido de caracol transmitido en vivo.
Ahora dejo abierta la ventana de la ballena en el fondo, para escuchar las olas. No entiendo cómo no se le había ocurrido a nadie, poner sonidos naturales y transmitirlos, paisajes de sonido, de lo cuál en realidad Mariano ya había hablado en su blog. Sonido del tráfico en el centro de Roma, el bullicio de Manhattan, los grillos de la Reserva Ecológica. Bueno, las olas de distintas playas del mundo, para comparar mareas mientras escribimos nuestros absurdos poemas spam. De hecho, ya debe existir ese archivo de sonido en alguna parte de la web. Está todo en Internet, ya se sabe.
Y hablando de nuestra experiencia del mundo hecha pedazos ("¿Cómo eran las ballenas?"), Julián Gallo subió este video de la IBM que pone en imágenes un viaje desde las estrellas al ADN, ocho minutos. Después, la versión de los Simpsons, sin la cual la anterior es un chiste tan malo como el de las bicicletas del francés.
2 comentarios:
aquí hay un pequeñito archivo sonoro
tiene algunas cositas lindas
como los mp3s de "ambiente urbano"
http://www.archivosonoro.org/index.php?cat=Ambienteurbano
y links a otros lugares con paisajes sonoros
http://www.archivosonoro.org/documentos/?Acerca_del_proyecto:Enlaces
enjoy
muchas gracias alcayota, los voy a probar saludo!
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