BAFICI

Esto ya lo vi en "Los Simpsons". Está todo en "Los Simpsons". Homero se convierte en estrella de un semi-mítico festival de rock adolescente: sube al escenario con capa y antifaz, y le disparan un cañonazo. Frena la bala con la panza y el público delira. Peter Gabriel, masculla su odio de dinosaurio extinto. Homero es un éxito, otro éxito pop. Plano a dos chicos en la multitud. "¿Qué onda? ¿Es irónico?". "[Suspiro] Ay, ya no sé...".

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Mientras tanto, en el Festival de Cine Independiente de Buenos Aires, un búnker de creativos publicitarios estrena la campaña oficial de la muestra. La serie de cortos está destinada a presentar cada película, a servir de introducción e imprimir el logo del BAFICI en la pantalla, a construir la marca. Los porteños, se sabe, sienten orgullo por la movida cultural de su ciudad. En los cortos pueden verse grupitos de jóvenes, tal vez estudiantes, encerrados en cuartos. Están amontonados, parecen esperar algo aunque no esté claro qué cosa, y conversan. Uno dice poseer un objeto con propiedades mágicas. Otro, un cuadro, el más triste del mundo. Sorpresa. Slogan: "Si no es para vos, no es para vos".

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Hace un par de años cursé el Seminario de Christian Ferrer en Comunicaciones. Un profesor, a la mitad del teórico, se cansó de que sonaran los teléfonos, y dijo: "El problema no son los celulares, lo que pasa es que ahora se los dan a cualquiera." Hoy el cinismo, Escuelita de Cine mediante, está incluso más sobrevalorado que las ventajas de la comunicación digital. En ese sentido, los cortos publicitarios que reafirman la imagen alternativa del BAFICI, son inobjetables. Dan una imagen precisa del tipo de película que podrá verse a continuación, encajan dentro del imaginario under-adolescente-irónico-angustiado del cine llamado independiente.

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En el BAFICI los directores se meten con el cinismo y parece que hubieran pérdido el manual de la Laptop. Ya no hablemos del de la cámara.

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El más triste.