Una nota de Zentral Park: "Los juegos de azar, el flanear, el coleccionar - formas de combatir el spleen." La lectura de Benjamin busca en Baudelaire la emergencia (¿manifestación?) de una época, el capitalismo en el Paris del Segundo Imperio, a través de poemas y textos que, como él mismo dice, tienen como tema cosas como el "spleen, el satanismo y las sexualidades desvíadas", distintas del urbanismo y la nueva configuración de las masas que son las que más le interesan, y sobre las que construye su lectura de Baudelaire. La pregunta sería, ¿cómo leer en un libro de poemas lìricos con un imaginario cristiano y clásico, una determinada experiencia de la ciudad que ofrezca líneas de interpretación para el momento histórico en el que el libro surje? La respuesta sería que no existe una manifestación cultural en la cuál los sujetos puedan plasmar por completo las formas proyectadas de antemano para su obra, y que aquello que creían estar haciendo nunca cumplirá con sus expectativas de la misma manera en la que pudieron creer en un principio que sucedería. Toda obra es un fracaso y una victoria bizarra. Es el proceso por el cuál Benjamin describe la aparición de ese desvío un tanto deforme que, parece, fue el barroco alemán y que ocurrió como efecto de lecturas equivocadas de la teoría artistótelica de la tragedia por parte de dramaturgos que creyeron estar cumpliendo fielmente con las prescripciones de la Tradicion y nunca se enteraron de que la habían hecho desembocar en algo nuevo. La idea es buena, me parece, porque permite desdramatizar el papel de la voluntad en el proceso creativo. La historia misma, la sucesión de encuentros e imposibilidades que la conforman, es en sí una máquina de experimentar, una fuente de novedad en la cuál la conciencia del artista no cumple un papel necesario. Por lo menos no siempre, no de manera absoluta. Baudelaire podía creer que su poesía arremetía contra la falsa moral cristiana de la época - en realidad, es imposible saber en qué pensaba mientras escribía y es màs interesante leer las marcas que la época pudo haber dejado en sus textos, lo supiera o no.
Todo esto me hace acordar a la teoría de la traducción de Benjamin. Es imposible traducir manteniendo intacto el sentido, pero el proceso es una forma de obtener nuevas perspectivas acerca de las lenguas, del lenguaje en general y de la relación del hombre con el mundo. Traducir, según Benjamin, es una forma de conocimiento que no comunica nada a nadie. La idea es similar, creo, a la de la obra de arte como proyecto fracasado.
En todos los análisis de Benjamin se presupone una distancia imposible de recorrer, una brecha irreconciliable, y sobre la cuál se despliega la crítica. La dialéctica del spleen y el ideal de Baudelaire. Pessoa: "La vida es la búsqueda de lo imposible a través de lo inútil". En principio: pesimista. Si lo tomás literalmente, es otra cosa.
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