jueves, diciembre 7

La industria cultural

Leo la reseña de un libro de cuentos. No leí el libro, de Ignacio Molina, pero la reseña es asombrosa. O más bien, me asombra que el autor la haya puesto en su blog. Dice la reseña que Molina retoma un "derrotero de hechos simples, de una chatura que no puede menos que caer dolorosa y que en él es oficio consolidado, que enarbola como sello distintivo".

¿Leí mal, o Molina -según la crítica- hace de la "chatura" un oficio? Y la reseña destaca, además: "la valorización de lo común, de una simpleza sin planes expresados, sin pensamientos o monólogo interior, con sólo diálogos que también constituyen meros hechos diarios... [y que crean] ...una personalidad despojada, monótona."

Pero la crítica, parece, es "a favor". O yo me perdí de algo, o la monotonía decadente y sin ambición es lo mejor que le podía pasar a la literatura.

"...mostrar la realidad sin eufemismos", eso hace Molina, según la crítica. Mejor seguir con otras versiones. Yo pensaba que para la angustia y los ataques de pánico estaban Telenoche y el Rivotril.

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