viernes, febrero 18

Autor anónimo, siglo XX

"Cuentan los que saben, que una vez se reunieron en algún lugar de la tierra los sentimientos y cualidades de los hombres.

Cuando el aburrimiento había bostezado por tercera vez, la locura, como siempre tan loca, propuso: "Vamos a jugar a las escondidas".

La intriga levantó la ceja y la curiosidad sin poder contenerse preguntó: "¿ A las escondidas? ¿Cómo es ese juego?".

"Es un juego -explicó la locura- en el que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón mientras ustedes se esconden, y cuando haya terminado, el primero de ustedes que encuentre, ocupará mi lugar para terminar el juego."

El entusiasmo bailó secundado por la euforia. La alegría dio tantos saltos que terminó por convencer a la duda e incluso a la apatía, que nunca le interesaba nada.

Pero no todos quisieron participar. La verdad prefirió no
esconderse, ¿para qué? Si al final siempre la encuentran. La soberbia opinó que era un juego muy tonto (en el fondo lo que le molestaba era que la idea no hubiera sido de ella) y la cobardía prefirió no arriesgarse.

"Uno, dos, tres...", comenzó a contar la locura. La primera en esconderse fue la pereza que se dejó caer en la primera piedra en el camino. La fe subió al cielo y la envidia se escondió tras la sombra del triunfo, que con su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol mas alto."

(sigue...)

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