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"Vienen tiempos peligrosos, que siempre son buenos tiempos para cambiar algo. Pero entonces tenés que pensar y tratar de comprender. Todos los relatos predominantes, el viejo relato del Estado de Bienestar, el relato posmoderno de izquierda, el relato neoconservador y, por supuesto, el viejo relato marxista standard ya no funcionan. No tenemos relato. ¿Dónde estamos? ¿A dónde vamos? Existe, obviamente, la sensación de descontento por los peligros del capitalismo global, el Foro de Porto Alegre, pero ¡por Dios! Cuándo conocí a Naomi Klein le pregunté sobre todo esto, y hasta ella, un gran ícono de la izquierda, tiene miedo de comprometerse respecto de qué hacer. Estas preguntas tan elementales y estúpidas como ¿va a seguir existiendo el capitalismo? ¿Tiene límites? ¿Podemos pensar en una manifestación popular por fuera de la democracia? ¿Es suficiente? ¿Debemos participar de este juego? ¿Cómo vamos a responder al problema de la ecología? ¿Qué significan los avances de la biogenética? ¿Cómo abordamos el tema la propiedad intelectual? O sea, las cosas están pasando y no es que no tengamos respuestas, ni siquiera tenemos las preguntas adecuadas."
Zizek interview (min. 30 aproximadamente)
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Hace un par de semanas unos amigos de una galería de arte me regalaron un pasaje a Montevideo para que llevara un cuadro y una valija con varias obras y los entregara en una galería de Ciudad Vieja. Era bastante novelesco todo el programa, que incluía disimular lo más posible en la aduana y no llamar la atención de la policía de frontera, para en todo caso, dejarse llevar por los vacíos legales de nuestros códigos en materia de arte, y a lo sumo, escuchar los sermones contradictorios -que fue lo que pasó- de las dos representantes de la ley, una que buscaba drogas en el marco del dibujo, mientras la otra evocaba el patrimonio cultural de la nación y el cuidado que le dedicaban las fuerzas de la ley. Me devolvieron el cuadro, y pasé sin que se acordaran de abrir la valija, y me peleé entonces con los marineros de río que tripulaban el lanchón que no me permitiron quedarme con la valija en el asiento, y la acomodaron en el techo, a la intemperie, cubierta por una lona, por más que les insistí hasta que algunos pasajeros me empezaron a chistar. En ese viaje, que parecía conducido al peor desenlace, mientras me sumía en la paranoia y la catástrofe de lo que podría ocurrir si la valija caía al agua, cuando los artistas de la galería se enteraran, cuando les dijeran que habían perdido sus dibujos en algún curso fluvial del Tigre, mientras lo meditaba, hice la cola en el buffet para comprar una cerveza y al lado mío se acomodó un chico que viajaba con un estuche como de guitarra y al que había visto charlando con otros que parecían conformar una banda. Le pregunté y cuando me dijo quiénes eran (eran los Superuva) me acordé de algunas de sus letras, de la tapa de su primer disco, de los chicos de la tapa tirándoles piedras a un tren, de sus gloriosos himnos "Churrasco violento", "No te vayas gorda", "Hoy no me voy a bañar", y de la frase con la que aparecían en el afiche de una vieja feria municipal sobre la historia del rock nacional, en la que respondían por el origen del nombre de la banda con la consigna de "un poco por lo del escabio", de Nahue, Juan y otros que tarareaban las canciones. Estaba en la Cachola viajando con Superuva, traficando obras de arte, el aire húmedo del delta apaciguaba el calor y nada podía salir mejor ni peor, la suerte estaba echada para todos.
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Estuve en la feria de Tristán Narvaja.
Me compré este póster de un jaguar que vendía un chico. Tenía una pila de láminas muy viejas, hermosas y baratas.
1 comentario:
Es GENIAL ESTE SITIO.
ADHIERO IDEOLÓGICAMENTE.
LOS VOY A LEER SEGUIDAMENTE Y SI QUIEREN PUEDO COLABORAR CUANDO LO DESEEN.
Bb, LOS GATOS NEGROS DEL GENERAL.
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