martes, mayo 22

Ante el altar de la diosa positiva

Los grandes planes de Pedro Mata para una Lengua Universal. Abstracta, transparente, sin metáfora ni poesía. De eso hablaba Paula T. el año pasado en el Encuentro de Estudiantes. Mata era un español positivista que tenía Fe en la Ciencia; su invento iba a terminar con el doble sentido y demás miserias del lenguaje, esos nichos de mercado en los que sobreviven como pueden los Lic. en Letras y los psicoanalistas. Mata escribió su manual y, dice Paula, lo decoró con un retórica saturada, llena de lirismo barato y metáforas trilladas que parecen una parodia de sí mismas y, supongo, del postivismo en general. Después cayó en el olvido. Hoy en Internet nadie nombra al libro salvo Borges y los críticos que hablan de su cuento "El idioma analítico de John Wilkins". En una nota al pie de ese cuento, aparece citado el libro de Mata, un libro que le llegó a Paula por medio de Antonio, el excéntrico coleccionista de literatura, dandy y erudito de la historia de las religiones, que vive en Caballito, en una vieja casa, con quien Paula mantiene una curiosa relación de amor-odio. Paula es mi novia, a todo esto, y ayer estaba tan triste que ni siquiera se compró una cajita feliz en el McDonalds. Ni un cono de vainilla. Hoy le dieron la nota de su trabajo con grandes elogios así que ojalá sea una buena señal de, bueno, muchas alegrías por decirlo de un modo trillado, como le gustaba a Mata.

No hay comentarios.: