domingo, abril 29

Palermo

Hay que reconocer que Crichton tiene oficio. Va directo al grano, al igual que Mariano cuando sueña con una película de "Moby Dick" que no mostrara más que enormes coletazos, barcos destrozados, tormentas. Un buen director, dice Mariano, y adhiero, no necesitaría más que eso. Lo demás, esa encrucijada infernal en la que está metido el Capitán Ahab de la novela, se contaría por sí sola.
En "Jurassic Park" hay un único drama, el de unos pobres tontos que entran a una isla como "turistas" y salen convertidos en el eslabón más débil de la cadena alimentaria. Está el dinosaurio y enfrente su desayuno, que tiene forma humana y corre sin la más mínima elegancia. La comedia de la Naturaleza, entonces, en formato thriller, el suspenso generado entre la aparición del depredador y la eventual captura de la presa o su paso a la siguiente escena que, a grandes rasgos, será igual a la anterior. Esa isla con dinosaurios y hombres mal equipados es una invitación al desastre y, por lo tanto, al tipo de suspenso que propone Crichton y que nos remite a los espectáculos del viejo y querido Circo Romano. Se abrían las puertas y de un lado aparecían los cristianos, del otro los leones. Cuál se salvaba, o cuál duraba más, con esas dudas mantenían a los espectadores pegados a sus butacas los productores de la época. Casi podríamos decir que el hecho de que ahora filmemos escenas tan parecidas pero con el agregado del suspenso, el "factor thriller", es un rasgo civilizatorio. Sublimamos la carnicería, y la cambiamos por unos segundos de tensión narrativa en la cuál se juega la vida o muerte de los protagonistas. Y, además, dejamos vivo a un pequeño puñado de ellos que, por otra parte, suelen contener en sí un alegato moral en favor de valores humanitarios, cristianos, valga la ironía.

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Michael Crichton, después de hacerse famoso con su Circo de Dinosaurios, hizo ER Emergencias. Ésta serie de FOX repite el esquema de la película pero invertido. La isla sigue siendo un espacio cerrado y claustrófobico pero ahora es la Sala de Guardia de un Hospital. Sigue funcionando como un ambiente saturado de suspenso, pero ya no hay asesinos, hay médicos. El sonido frenético de las pulsaciones de los pacientes, es un viejo recurso del cine para crear climas de tensión; así y todo, Michael Crichton lo conviertie en poética, en máquina de generar historias. Este "thriller" mantiene todo el dolor y el desgarro que podía ofrecernos el viejo Circo Romano, pero lo sustrae de la historieta tan remanida de la lucha entre Buenos y Malos, Fuertes y Débiles, Leones y Cristianos. Nos queda, entonces, el puro "thriller", la expresión más acabada de un tiempo que no para de consumirse, de resolverse y reiniciarse como un cronómetro inapelable. Algunos pacientes se salvan, otros no; los médicos, que se enamoran y se pelean sobre las vísceras de sus pacientes, se van y dejan el lugar a otros, a nuevos capítulos y temporadas, con nuevos pacientes y más historias, todas apasionantes. ER Emergencias reinventa el tiempo del "thriller". Si antes hacía falta un dinosaurio psicópata, ahora los personajes corren como desesperados en pos de valores altruístas (van a salvar vidas). Un paso más, y llegamos a la ansiedad de los empleados de call-center; ya ni siquiera hay una misión constructiva, de hecho, pero los empleados corren igual aunque no está clara la utilidad de ello. El "thriller" simplificado en management. Ya lo decía Ferko.

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Bueno, creo que me puse sensible con el tema del tiempo después de mi paso por la Guardia del Bazterrica. Sobre todo cuando el Dr. X me mostró en una pantalla las imágenes de las tomografías que me habían hecho. Simpáticas las manchas. Era como ver un test de Rohrschach, sólo que en lugar de incitarme a la creatividad me remitian a un semi-pánico. En eso estábamos. El Dr. X movía la cabeza. A mi lado, una médica joven sacudía una impresora que no andaba. Sonaba Spinetta en la radio. El Dr. X preguntó en voz alta si eso que se veía no era "quístico" (eso dijo). La fan de Spinetta musitó algo, pero"Mejor preguntale a la Jefa". OK. X se fue, y yo quedé con las imágenes de mi cerebro y la médica que se relajó cuando la impresora empezó a imprimir, y empezó a acordarse de la última vez que había escuchado la canción. Bueno, no vamos a hacer un thriller de esto. Al final estaba todo bien. Me despedí de los dos y me fui con unas pastillas desconstracturantes. Lo del tiempo viene por la sensación de haber estado horas mirando la foto. Había una manchita blanca que fue la protagonista de una película de terror que me asustó bastante. Cuando volvió el Dr. X me mostró su duda. No tenía nada que ver con la manchita. Lo demás también andaba bien así que los saludé y me fui. Por lo menos el final estuvo bueno.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

No te extrañe que en ER tengan que salvar a un velociraptor alcholico, abusado de niño, casualmente, por uno de los directivos de la clinica. El saurio, parece un golpeador y un hijo de puta, que termina en el hospital por tratar de violar a una monja, pero en realidad es un pan de Dios, y lo que parecia una violacion, al final se sabe que era la maniobra esa para hacer que alguien que se esta ahogando escupa lo que tiene atorado en la garaganta. La monja llega llorando para agradederle, justo en el momento en el que el directivo (que lo reconoce como la lagartija que habia abusado con un chorizo colorado) esta a punto de impedir que lo operen, aduciendo un error en su cobertura social. Ahí se descubre todo y el malvado director se autoinmola confesando que, en realidad, es un fundamentalista arabe.
En realidad no se si ya paso en la cuarta temporada.
Por lo demas, me alegro que tu paso por la clinica no haya sido mas que una escusa para poder introducir el tema de ER en tu blog

Mariano dijo...

si, todos los argumentos de ER son como dice pc acá arriba (describirlos mejor es imposible), a mi me encantaba, la miré obsesivamente durante más de un año y después terminó por cansarme un poco, se volvió demasiado triste, muy poca iluminación, antes estaba mejor balanceada. Mi mamá me contó que en la última temporada (ella la sigue viendo) a Luca Kovak le aplastaron la mano con una morsa. Me alegra igual que se haya casado con Abby y que hayan tenido un hijo. Mi personaje favorito igual era la capitana Ahab, la pelirroja Kerry Weaver que siempre terminaba sola en los bares.

charly dijo...

gracias PC, en principio no vi ningún velociraptor en la Bazterrica, mucho menos un fanático con turbante, aunque no descarto que dentro de poco incluyan a ese tipo de personajes en la salas de espera del hospital, que bien merece unos muñecos sacados de algún parque temático en decadencia (tal vez unos camellos que sobren de Tierra Santa), y que le harían bien al negocio, que apenas tiene un televisor puesto en canales de cine ochentoso y se merece algo más. Cualquier novedad te aviso. Mariano, lo vi llorando a Kovak, el cirujano sin mano, y tenía lo suyo en la terraza del hospital. La pelirroja en los bares se la banca a pleno, todas las pelirrojas que se emborrachan en los bares se la bancan!! saludo Carlos

Anónimo dijo...

A propósito de una mención a los call-centers, leí en un blog por ahí la siguiente frase: ``Si Kafka viviera, escribiría sobre los call-centers``. Me pareció que estaba muy bien.

F. dijo...

Lo mejor de todo es que, siendo la nota de Radar mi primera entrevista, salió publicado mi lacónico "chupame la pija" (bastante sacado de contexto por la periodista, pero mejor aún).

Grone dijo...

No Charly, Jorge Julio López no estaba en el Centro Cultural Recoleta, pero lo seguimos buscando y seguimos diciendo. Solo que hablaremos cuando querramos hablar y no cuando quieran que hablemos.

saludos.
Grone.